Es sorprendente que conforme va pasando los años, cada vez tengamos menos libertades. Estamos en una España de las prohibiciones, en vez de concienciar y mantener las infraestructuras en condiciones óptimas, es mejor sancionar y prohibir.
Lo peor es que en el momento en que tienes una sanción administrativa ya estás atrapado, sólo hay una salida, pagar. No importa nada si tienes razón o no, cae sobre ti todos los mecanismos gubernamentales dedicados a la “caza” del ciudadano, cuanto más legal eres, más fácil lo tienen.

Algunos incautos como yo hemos recurrido administrativamente, lo único que se gana es posponer el desenlace, a consta de pérdida de tiempo y esfuerzos. Lo que se obtienen son decepciones y frustración, ya que no responden ni a lo que solicitas y mucho menos atiende a tus pruebas. La contestación si te la dan es siempre exactamente la misma, incluso fotocopiada.
No existe la justicia administrativa en España, sólo te queda el contencioso administrativo, o lo que es lo mismo ir a los juzgados contra el gobierno. Cuando llegas a ese punto es el momento de pagar y comerte el orgullo. Más vale perder injustamente 300 ó … €, que perder 20 veces más, el tiempo y la "salud" para que te den la razón. No compensa, e incluso no siempre está al alcance de todo el mundo.
Algún día tendremos que volver a luchar por nuestras libertades, aunque tengamos todos nuestros derechos.
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